martes, 19 de julio de 2011

LA CANCIÓN DEL DRAGÓN

Una canción corta acerca del sendero del rDzogs-chen ba­sada en la simbología del clásico ch’an El registro del acan­tilado azul. Escrita en Chumi Changchub y completada en el Gu­rú Drug Khang, que fueron sitios de retiro para Padmasambhava en las montañas de Nepal.

Visión

Si vas a nadar al calmo y claro pozo azul[1]
no tienes que cuidarte de los dragones:[2] ellos no estarán allí.
Cuídate de la aparentemente sin fin anaconda espiritual[3] que,
seduciéndote a través de la calma y claridad del agua
te atrapará en los círculos viciosos de su cuerpo[4]
hasta que el aliento del Espíritu te deje
y no puedas alcanzar liberación final.

Permaneciendo en la Visión[5]

Sin dejarte seducir por la anaconda
sigues reconociendo olas y corrientes
(incluyendo la superficie calma con corrientes subacuáticas
que constituyen la ilusión de una anaconda)
como y por el pozo azul, a través de su calma y claridad.
Permaneciendo en este pozo insondable e inoriginado
eventualmente surgirán grandes olas espumosas
y aparecerá el Dragón:
energía inconmensurable, poder ilimitado, con su furia
quemando progresivamente los sofocantes anillos del cíclico vivir.


[1] El pozo azul representa el Dharmakaya, primer estadio en la Revelación de la Verdad Absoluta, pero también indica los estados de error caracterizados por calma mental y la abstrac­ción meditativa del Terreno de Todo (kun-gzhi lung-ma-bstan).
[2] Uno de los cuatro animales trascendentales utilizados como símbolos de la Revelación del Absoluto y sus manifestaciones que pone el énfasis en las cualidades de Energía, Poder, Ira, Insondeabilidad, y de no dejar huellas. En la progresión Dhar­makaya-Sambhogakaya-Nirmanakaya el Dragón funciona a nivel Sambhogakaya y manifiesta sus actividades a nivel Nirmanakaya. Se lo encuentra por vez primera en las experiencias de los mandalas iracundos, y uno se vuelve Dragón cuando el man­dala ha sido establecido definitivamente. Si uno no lo enfren­ta, se quedará en el nivel y sendero del Hinayana.
[3] Las serpientes son un símbolo del error (en algunos casos, específicamente del odio, pero aquí del error en general). Introduje la imagen de la anaconda para simbolizar los pensa­mientos sutiles acerca de alguien que experimenta y algo que es experimentado (que puede ser el gozo, la claridad o la fal­ta de pensamientos burdos que caracterizan al estado de concentración), el concepto sutil de que uno está en samadhi, etc.
[4] El cuerpo de la anaconda representa los giros repetitivos de la existencia cíclica, al igual que la espiral de simulaciones que R. D. Laing describió en Self and Others y que yo he expandido en algunos de mis libros—la cual representa los “logros” condicionados y transitorios de los yoguis poseídos por el error. No sé si el término singhalés henekandaya haya sido utilizado como imagen por los budistas de Shri Lanka, pero lo dudo.
[5] Los títulos de las cuatro secciones traducen los térmi­nos tibetanos tawa (lta-ba)r gompa (sgom-pa) y chöpa (spyod-pa). El título de esta sección, gompa, es traducido a menudo como “meditación”; sin embargo preferí “permanecer en la vi­sión” porque se trata de permanecer en el estado en el que la idea de un “meditador” y la actividad meditadora de la mente no aparecen.

1 comentario:

  1. Campos incineradores,
    refulgen centelleantes.
    Calma soporífera
    inductora de Samadhis perpetuos
    que encadenan al error,
    no hay concesión,
    ya lo dijo uno de tantos
    que se percataron de esta cuestión
    de vital importancia para la liberación.

    De poco sirve tener la máxima concentración,
    si se sigue luciendo el estandarte de error, donde una nueva victima,
    el engaño devoró.

    Fuerte abrazo.

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